YO SÓLO SOY UN ATLETA POPULAR CAMINO DEL MARATÓN DE LANZAROTE

“La gente es muy aficionada a usar el dicho que reza «no es importante lo que sabes, sino a quién conoces» como excusa para no hacer nada. Como si todo aquel que ha alcanzado el éxito hubiera nacido teniendo amigos muy poderosos”.  (T.Ferriss)

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Francis Campos Jareño     2006 VS 2016

Yo sólo soy un tipo normal. Alguien más que sueña con no conformarse. Una persona de esas que avanzan cueste lo que cueste y todos esos rollos de superación que normalmente me repito una y otra vez en días como hoy. Soy un maratoniano con tiempos terrenales del montón. Yo sí entreno duro, y sufro cuando corro porque me gusta mejorar.

Hace exactamente 12 años yo era un jugador de hockey de 80 kg de peso que quería correr en el equipo de atletismo de la universidad. Tres meses después era la liebre del equipo femenino de atletismo con un peso de 66 kg. En la vida hay que ser humilde. Yo estoy aquí porque una y más veces he sido el último en una carrera. He sido el atleta silencioso por el que la gente preguntaba en meta al verme llegar: «qué hacía allí un tipo como yo». Es cierto que también me he demostrado a mismo cosas que nunca pensé que podría conseguir. Por eso, creo que en la vida no hay nada mejor que verse derrotado cuando te has dejado el alma por hacerlo lo mejor posible.

Años después, cuando entreno miro el reloj de una forma distinta. El deporte se ha convertido en esa forma de vida de la que disfruto cuando quiero y como quiero, sin prisas, sin presiones y acompañado por mi Laura Jordán, también deportista incansable. Con ella compartiré la bonita experiencia de correr el maratón de Lanzarote dentro de 18 días. Lo increíble de esta prueba no es sólo la belleza de sus paisajes. También me encanta el entorno familiar que te hace respirar y el cuidado que reciben sus atletas. Su circuito exigente es otra de las cosas que atraen a los verdaderos deportistas de resistencia. Me encantan este tipo de pruebas tan bien organizadas y nada masificadas, porque creo que el Maratón es una prueba que en la que debemos acariciar y disfrutar de cada kilómetro. Y Sands Beach Resort y su gente son auténticos especialistas en hacer posible todo esto y mucho más.

Como todo maratoniano, hay veces en que tengo mucha fuerza y me siento imbatible. Pero otras deambulo dando zancadas como un muerto que corre sin saber por qué, con esa sensación de «tienes que correr, y punto». No siempre tenemos un buen día o encontramos respuestas a nuestras preguntas. Ante la duda, me considero un individuo feliz. Esa es la conclusión que saco cada vez que salgo de la habitación de mi abuelo, en el hospital de San Lázaro de Sevilla.

Mi abuelo también es un maratoniano de esos que nunca se rinden. Un hombre que ha trabajado de sol a sol desde los 9 años y que con 30 sembró 500 hectáreas de naranja a 700 kilómetros de su pueblo natal, Montserrat (Valencia). Hasta los últimos instantes de su vida ha pedaleado durante años por la mañana y por la tarde en una bicicleta estática. También ha programado incansablemente la cosecha de frutas y hortalizas en su huerto para abastecer a toda su familia, nosotros. Es un maratoniano con cinco operaciones de cadera. Ese es mi abuelo.

Y por eso, cuando voy a verle le digo que quiero ser como él, y que lucharé siempre para dejar constancia al mundo que la vida sólo te regala lo que tú cosechas. Eso me repito una y otra vez cuando corro un kilómetro detrás de otro, cuando no salen los tiempos y deduzco que me importa un rábano el reloj. Porque lo más importante del Maratón es la esencia que tenemos los corredores de fondo en nuestro corazón. Aunque a veces sienta que he perdido el rumbo, es del todo cierto que mientras mi corazón defienda lo que siento, y mis piernas me lleven hacia donde quiero, estaré vivo y bien despierto para luchar por alcanzar mis sueños.

Francis Campos Jareño,

Brenes, Sevilla, 21 de noviembre de 2017.

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