LE PARISIEN DE SEVILLE. DERNIER JOUR AVANT LE MARATHON DE PARIS.

Le parisièn de Seville

Abro los ojos y descubro un lugar desconocido para mi. Un sitio donde lo inmenso equivale a la totalidad de experiencias que cautivan un sentimiento que se redescubre a sí mismo. Un espacio donde no hay rincón donde no se pueda observar algún detalle especial.

Aparezco en la rue Louise Michel y de pronto el tiempo se detiene a pesar de que la gente camina apresurada hacia destinos diferentes. El olor de las Boulangeries me hace relajar aún más la respiración. Y al retomar el paso, mi corazón se acelera. No porque se acerca el Gran Día, sino por la prisa que tengo por conocer la bella ciudad en la que acabo de aterrizar.

Nos dejamos caer por la feria del corredor para fotografiar el comienzo de la segunda experiencia deportiva más importante que he vivido hasta el momento. Comprendo que la vida es un espacio temporal que asiste a muchas satisfacciones diarias que persiguen un algo grande que nos retribuye de algún modo el esfuerzo que conlleva no elegir el camino más fácil.

Aparecemos por las calles de Montmartre y no hace falta darse cuenta de que París marcha a ritmo de Maratón. Lo dice le Sacré-Coeur, la Tour Eiffel, les Invalides, Notre-Dame y tous les lieux por los que dejamos ver nuestras sonrisas más sinceras. No pasa demasiado tiempo hasta que respondo a esa pregunta de a dónde irías si tuvieras que cambiar de rumbo. A París.

Veinte minutos de rodaje suave por Levallois-Perret a primera hora de la mañana siguiente reafirma la visión que tengo de mon quartier. Respiro profundo y por un momento recuerdo que mi objetivo es esa sensación de pararse el reloj para escuchar las sensaciones de un cuerpo que atiende a las razones del esfuerzo y la dedicación. Correr es mi modo de vida y mañana tengo que demostrarlo a lo largo de un recorrido que enamoraría a cualquiera. Las banderolas que cuelgan de farolas dicen la verdad. Esto es no es ni más ni menos que Courir dans la plus belle ville du monde.

Avanzan los minutos y la máxima presión que siento es la de no haberme olvidado nada cuando me sitúe en la línea de salida. Cuál es el ritmo, me preguntaré al salir y recordar todas las idas y venidas por el Besòs, todos los barcos divisados al llegar al mar, los amaneceres y anocheceres unas veces especiales y otras tantas para no recordar. Al fin y al cabo todos los kilómetros de preparación en los que decidí no detener la cadencia de mis pasos a pesar del dolor y el cansancio. Qué más decir sobre la velocidad, si la estrategia de carrera que más orgullo me daría sería la de volver a situarme Al Otro Lado De La Meta.

Se acerca el despertar más mágico que puede contemplar alguien que asiste a un examen que se aprueba con la ardua tarea de correr casi tres mil kilómetros en un año. Cierro los ojos e imagino la línea de salida. Pase lo que pase allí estaremos mañana para correr por todos los que no pueden estar aquí con nosotros. Porque al fin y al cabo, esto de sumar kilómetros no es una competición, sino la manera que tenemos los maratonianos de pisar el asfalto con la contundencia que precisan los tambores que anuncian el cumplimiento de un Gran Sueño.

Bienvenidos de Nuevo. Por fin ha llegado el día del Marathon de Paris 2014.

Francis Campos
Levallois-Perret, 5 de abril de 2014.

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Un comentario en “LE PARISIEN DE SEVILLE. DERNIER JOUR AVANT LE MARATHON DE PARIS.”

  1. Eres el puto amo, da todo en la maraton, todo lo que has obtenido machacandote a diario, entrenando duro para ponerte como un toro y hacer realidad tu segundo sueño, Gogogogo!!!

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